jueves, 4 de junio de 2009

HOMBRE, LA REALIDAD Y EL CONOCIMIENTO DESDE EL PUNTO DE VISTA TRASCEDENTAL-SECCION C


Republica Bolivariana de Venezuela
Universidad “Rómulo Gallegos”
Decanato de post grado
Doctorado en Ciencias de la Educación
San Juan de los Morros



HOMBRE, LA REALIDAD Y EL CONOCIMIENTO DESDE EL PUNTO DE VISTA TRASCENDENTAL

Facilitadora:
Dra. Susana Gómez
Realizado por:
Msc. Nora Cerezo
Msc. Yelitza Martínez
Msc. Carmen Melecio
Msc. Luís Chirino
Msc. Thony delgado
Msc. Julio Velásquez
Msc. Maria Suárez
Sección “C”

Mayo, 2009

Introducción

El hombre se encuentra hoy en una situación muy problemática. Aunque no sea éste un rasgo por completo nuevo, pues el hombre siempre ha tenido que afrontar problemas, quizás la situación actual sea extremadamente difícil, por ser mayor la cantidad y la interconexión de los problemas que salen al paso. No cabe duda, de que se han desencadenado muchas amenazas que en cualquier momento pueden transformarse en desastres. El hombre es por tanto un suscitador de problemas; pero es también mejor solucionador de ellos.
Al respecto, la inteligencia humana en la práctica se caracteriza por ser capaz de fijación de propiedades, de un modo abstracto y no particular, la inteligencia puede acudir a un mismo remedio aunque cambien las circunstancias. La capacidad abstractiva es asimismo susceptible de crecimiento. El hombre se embarca de un modo de resolver asuntos y eso mismo le ciega para percibir que son soluciones inhábiles, ya en crisis. La idea de progreso surge del propósito de no cultivar el saber en círculos apartados, sino hacer de que penetre en la sociedad hasta el punto en que la dinámica social sea promovida por él. Esta idea se basa, en la confianza en la ciencia moderna.
Por otra parte, el hombre no es ni un ángel ni Dios; pero tampoco es bestias, es un animal racional. Su vida espiritual especifica esta condicionada por su vida material vegetativa y sensitiva. También el conocimiento en el hombre esta sometido a esta condición de su vida material. Es por eso, que la inteligencia no es intuitiva, no aprehende directa o inmediatamente, sin intermediarios objetivos, el ser trascendente, pero tampoco esta confinada la inteligencia al objetos de los sentidos, a los puros fenómenos, sin aprehensión del ser.

El Sentido de Trascendencia como Dimensión del Desarrollo Humano

En el marco de la tradición latinoamericana consideramos que la pedagogía tiene que seguir siendo una pedagogía de la liberación que responde a una larga tradición humanista en nuestras sociedades: la de promover la autonomía de la persona y, para ello, la creación de una sociedad solidaria respetuosa de la plena dignidad humana. La autonomía es la capacidad de la persona para organizar su vida a partir de una historia de vida y de acuerdo a valores, normas y un proyecto de vida que ella misma se ha dado de modo más o menos consciente y deliberado.
Desde esta perspectiva, todo el aprendizaje y el desarrollo humano puede ser analizado y trabajado como el proceso de desarrollo progresivo y sostenimiento de su autonomía. Desde luego el desarrollo de esta autonomía implica el de múltiples competencias humanas, como las cognitivas, que capacitan al ser humano para entender, apreciar y manejar sus relaciones con realidad en sus múltiples dimensiones, él mismo incluido. En este sentido, la educación es entonces el proceso por el cual un ser humano, que aprende, es apoyado por otro ser humano, que enseña, en la construcción, ampliación y sostenimiento de su autonomía. Ahora bien, la autonomía, y por ende la dignidad humana, no es un don ni una condición natural, sino una conquista de la solidaridad humana implícita en el acto educativo. En cada etapa de la vida el educador debe conocer, respetar y apoyar el potencial para la autonomía del educando que se encuentra como posibilidad en sus competencias humanas generales. El desarrollo humano comprende diversas dimensiones que se constituyen e integran en la interacción con el medio cultural para ayudar a configurar la personalidad.

El Sentido de Trascendencia como Forma de Experiencia Humana

En este sentido, diversas corrientes en la literatura, la filosofía y la psicología han insistido en que "El preocuparse por hallar un sentido a la existencia es una realidad primaria, es la característica más original del ser humano." Esta búsqueda de sentido implica situar la vida del ser humano particular en un espacio y tiempo que la engloba y la trasciende para darle finalidad, propósito, estructura y función. El sentido implica pues trascendencia. Aunado a lo anterior, Víçtor Frankl (1998) expresa, que "El hecho antropológico fundamental es que el ser humano remite siempre más allá de si mismo, hacia algo que no es él, hacia algo o hacia alguien, hacia un sentido. El ser humano se realiza a si mismo en la medida que se trasciende"
Al respecto, el sentido de trascendencia según el mismo autor, es el "Proceso de acciones químicas en perdurable combinación, proceso del conjunto de evoluciones de la materia que constituyen la vida organizada y del conjunto de órganos que determinan una vida. Es de alli pues, que el "sentido de trascendencia" es como la capacidad de un ser humano para una forma de experiencia y conciencia, es decir, para experimentar (acto hermenéutico simultaneo de interpretar, sentir y vivir) su vida -o actos de la misma- como parte de una totalidad más amplia, en el contexto cual ésta cobra un significado de misión, y de la cual brota un sentido de responsabilidad, pero también de armonía, de paz y de entusiasmo.
De esta manera, la experiencia de la trascendencia implica en primer lugar el reconocimiento de que nuestra vida plena se inserta en procesos más amplios en espacio y tiempo a la luz de los cuales adquiere sentido de dirección, goce y liberación. El sentido de trascendencia confiere un significado a la vida, frente a la mera casualidad o el absurdo. Permite pensar que la vida individual es parte de una trama o plan o propósito. Nos da con ello la esperanza de que podemos esperar un mundo mejor, que es posible librarse del mal voluntario, de que nuestros esfuerzos por lograrlo no serán en vano. El sentido de trascendencia permite experimentar un estado de conexión, es una experiencia de ser, de pertenecer y de cuidar. Es sensitividad y compasión, gozo y esperanza. Es la armonía entre la vida más interna y la vida exterior, o la vida del mundo o del universo. Es la creencia en la vida humana como parte del eterno torrente del tiempo, de que cada uno de nosotros vino de algún sitio, y esta destinado a algún sitio.


Trascendencia

La trascendencia se refiere a ir más allá de algún límite. También llamada Dimensión trascendental. Generalmente el límite es el espacio-tiempo, lo que se suele considerar como mundo o universo físico. Trascendencia entonces adquiere el sentido de ir más allá de lo natural tanto en el conocimiento como en la vida de una persona, alma e inmortalidad; o de una institución que pretende tener un carácter eterno, como una ciudad, civilización, cultura.
Adquiere entonces, un carácter de finalidad que ha de cumplirse como "lo más importante", "lo esencial", por lo que se convierte en el fundamento de la acción y el sentido de todo lo que se hace. El sentido más inmediato y elemental de la voz trascendencia se refiere a una metáfora espacial. Trascender (de trans, más allá, y scando, escalar) significa pasar de un ámbito a otro, atravesando el límite que los separa. Desde un punto de vista filosófico, el concepto de trascendencia incluye además la idea de superación o superioridad. En la tradición filosófica occidental, la trascendencia supone un «más allá» del punto de referencia. Trascender significa la acción de «sobresalir», de pasar de «dentro» a «fuera» de un determinado ámbito, superando su limitación o clausura.
Esto es de especial relevancia respecto a la creencia en la inmortalidad del alma y en un juicio final, en definitiva en la creencia en Dios, que se convierte así en el objeto fundamental de la dimensión de lo trascendente. Hoy día la cuestión no incide tanto en demostrar dicha existencia, cuanto en el hecho de que el hombre en todo lo que es la problemática de su existencia de un modo inevitable siempre está abierto a esa dimensión misteriosa de lo trascendente.
En la filosofía actual lo trascendente se refiere más a la posibilidad de un conocimiento objetivo de lo real, en lo que es la crítica del conocimiento, gnoseología, y los sistemas científicos, epistemología, como posibilidad de ir ampliando los horizontes de nuestro conocimiento partiendo del conocimiento del mundo basado en la experiencia posible. A diferencia de otras épocas no suele aceptarse el dogmatismo y reconoce el ámbito de lo religioso como una dimensión de la expresión profunda del ser humano.
Por lo consiguiente la filosofía kantiana como trascendental se refiere a las condiciones del conocimiento que organizan la percepción sensible, intuiciones puras en la experiencia; o los conceptos puros o categorías que estructuran y ordenan los conceptos a la hora de formular los juicios; finalmente las ideas de la razón que regulan y dirigen todo el proceso del conocimiento hacia un fin. Son estructuras subjetivas que, aunque trascienden el conocimiento y el campo limitado de la experiencia individual y generan un conocimiento objetivo, no permiten trascender el ámbito de la experiencia posible, comprendida como mundo.
Al respecto, Kant en lugar de trascendentes las llamó trascendentales
este término tradicional confiriéndole un sentido positivo opuesto al sentido metafísico según el cual esta idea fue utilizada por los escolásticos o por el mismo Kant (trascendental, en la filosofía kantiana, es lo que tiene que ver con las condiciones a priori de la posibilidad de la experiencia, anteriores por tanto a la experiencia positiva,
Trascendental, en la acepción positiva que presentamos, es la característica de aquellas determinaciones que, aun habiendo comenzado en un tiempo y lugar positivo del mundo de nuestra experiencia, lejos de permanecer en la inmanencia de su lugar y tiempo de origen, desbordan los límites de ese lugar y origen y, por recurrencia (por tanto, a posteriori, no a priori), van determinando constitutivamente a sucesivos círculos de la realidad y, en el límite, al mundo en general.
Asimismo, podrá decirse que en la escritura fue trascendental el descubrimiento del símbolo, del mismo modo a como en la técnica fue trascendental el descubrimiento del fuego («el fuego hizo al hombre», es decir, sin fuego el homínido no hubiera sido hombre).
El Hombre y el conocimiento Trascendental
Conocimiento trascendental: nuestro conocimiento de las cosas puede ser empí­rico. Kant consideró oportuno averiguar cómo es posible este segundo tipo de conocimiento; llama conocimiento trascendental al conocimiento que nos permite comprender cómo es posible el conocimiento. El conocimiento trascendental no nos da información acerca del mundo, es más bien –por utilizar nuestra forma de hablar, un metaconocimiento. O en palabras de Kant: es el co­nocimiento que versa no sobre objetos sino sobre nuestro modo de conocer a priori los objetos. Todas las investigaciones de la "Crítica de la Razón Pura" son conocimientos trascendentales en tanto que intentan comprender como podemos tener conocimiento sintético a priori en las ciencias, así la Estética Trascendental intenta mostrarnos cómo colabora la sensibilidad en la posibilidad del conocimiento. No se debe confundir trascendental con trascendente: trascendente es lo que no es fenómeno, lo que está más allá de la experiencia empírica, por ejemplo Dios y el alma.
Condiciones trascendentales: Kant distingue dos tipos de condiciones que se han de cumplir para que podamos experimentar un objeto: las condiciones empíricas y las condiciones a priori o trascendentales. Las condiciones empíricas dependen de la estructura empírica del sujeto –sus circunstancias físicas y psicológicas y son particulares y contingentes. Kant creyó que existen otras, a las que llamó trascendentales, y que no dependen de las circunstancias o peculiaridades empíricas del sujeto sino que descansan en la estructura misma de la mente. Estas condiciones son universales y necesarias y no pueden dejar de darse ni modificarse ni con el desarrollo de la técnica ni con el avance de la ciencia. Estas condiciones son las formas a priori de la Sensibilidad y las categorías del Entendimiento.
El conocimiento es una capacidad humana y no una propiedad de un objeto como pueda ser un libro. Su transmisión implica un proceso intelectual de enseñanza y aprendizaje. Transmitir una información es fácil, mucho más que transmitir conocimiento. Esto implica que cuando hablamos de gestionar conocimiento, queremos decir que ayudamos a personas a realizar esa actividad.
El conocimiento carece de valor si permanece estático. Sólo genera valor en la medida en que se mueve, es decir, cuando es transmitido o transformado.
El conocimiento genera conocimiento mediante el uso de la capacidad de razonamiento o inferencia (tanto por parte de humanos como de máquinas).
El conocimiento tiene estructura y es elaborado, implica la existencia de redes de ricas relaciones semánticas entre entidades abstractas o materiales. Una simple base de datos, por muchos registros que contenga, no constituye conocimiento.
El conocimiento es siempre esclavo de un contexto en la medida en que en el mundo real difícilmente puede existir completamente autocontenido. Así, para su transmisión es necesario que el emisor (maestro) conozca el contexto o modelo del mundo del receptor (aprendiz).
El conocimiento puede ser explícito (cuando se puede recoger, manipular y transferir con facilidad) o tácito. Este es el caso del conocimiento heurístico resultado de la experiencia acumulada por individuos.
El conocimiento puede estar formalizado en diversos grados, pudiendo ser también informal. La mayor parte del conocimiento transferido verbalmente es informal.

Referencias Bibliograficas:

Historia de la Filosofía Volumen 2. Filosofía medieval y Moderna. Editorial Edinumen.
http. Filosofía. Oral/filomat consulta en línea (2009)
Enciclopedia de la Educación (2006) editorial Océano.
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ARGUMENTO DE LA DIAPOSITIVA
EL HOMBRE, LA REALIDAD Y EL CONOCIMIENTO DESDE EL PUNTO DE VISTA TRASCEDENTAL.



El ser humano es un animal con capacidad de razocinio, de pensar y a medida que el tiempo pasa trasciende por si mismo. En este sentido, frankl (1998), plantea que la trascendencia es el proceso de conjunto de evoluciones de la materia que constituye la vida organizada y del conjunto de órganos que determinan una vida.
Partiendo desde este punto de vista la trascendencia permite que el hombre con sus conocimientos pueda lograr un mundo mejor. Es decir, es la armonía entre la vida interna y la vida externa. La trascendencia de igual modo, lleva implícita la necesidad del ser humano de solidarizarse con sus semejantes en las búsquedas y respuestas de soluciones comunes.

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